Dibujo de GoetheDibujo de Goethe, basado en un paisaje imaginario que le describió su hijo Julius August. Tomado de: www.alamy.com

Europeos, pero olvidados. Entrevista con Hans Mayer

El Nacional, 29 de agosto, 1989, Madrid.

Hans Mayer, estudioso alemán, nacido en Colonia en 1907, participó recientemente en un Homenaje a Goethe organizado por la Fundación Mapfre Vida en Madrid. Judío y socialista, salió al exilio en 1933 cuando Hitler y los nazis tomaron el poder en Alemania. Vivió primero en Suiza y luego en Francia. En 1945 regresó al sector alemán ocupado por los rusos que en 1949 se convertiría en la RDA. Ejerció como profesor de literatura en Leipzig durante quince años y en 1955 recibió el Premio Nacional de la RDA. Su ruptura con la RDA comenzó en 1956 con la represión de la revolución húngara y culminó con el levantamiento del muro de Berlín (1961) y la tensión entre el Gobierno y el círculo de intelectuales, ante las nuevas medidas políticas y económicas.

Mayer no soportó la represión y en 1963 abandonó la RDA junto a su amigo y maestro Ernst Bloch. Desde 1966, ejerce en diversas universidades de la RFA como profesor de literatura. Actualmente vive y trabaja en Tubinga. Este intelectual alemán, hombre del Este y del Oeste, ha sido amigo de buena parte de los creadores de su época tales como Bertold Brecht, Thomas Mann, Theodoro Adorno, Pierre Boulez, Elías Canetti, Robert Müsil, Heinrich Boll, Herman Hesse, Georges Bataille, Roger Caillois … Escribió, entre sus muchas obras, sobre el poeta alemán George Büchner, sobre Richard Wagner, Goethe, Lessing y Brecht. Han sido traducidas al español su Historia maldita de la literatura. La mujer, el homosexual y el judío y La literatura alemana desde Thomas Mann. Al recibir a los ochenta años, una de las mayores distinciones de la RFA se dijo que Hans Mayer “había tenido el mérito de mantener la unidad de la literatura alemana”.

Los defensores de la ilustración burguesa aseguran que el dolor del individuo carece de importancia cuando se trata de la felicidad de la sociedad. Por su parte, Ud. afirma que la ilustración burguesa fracasó en su proyecto civil. ¿Qué tipo de sociedad, cree Ud. que puede surgir cuando se hace abstracción del individuo?
Ud. ha citado el primer capítulo de mi libro Ausenseiter, palabra difícil de traducir, que significa las personas que están al margen. Alguien las ha definido como marginados, pero no es eso. En español tradujeron ese título como Historia maldita de la literatura. Los italianos, para evitar el problema de la traducción literal, lo publicaron bajo el título de I diversi que significa aquellos que no son como los otros. En inglés no ha dificultad pues existe la palabra outsiders. Quisiera hablar de la tesis de mi libro. Al comienzo sólo quería hacer un estudio de la historia literaria, estudiar por qué en la literatura contemporánea y, sobre todo en el teatro contemporáneo hay un restringido repertorio de grandes personajes. Primero, aparecieron Ulises, Electra, Ifigenia, después durante el renacimiento europeo se añadieron algunos otros que permanecieron como ejemplos y que continuamos reinterpretando como Don Juan Tenorio, El Fausto alemán, Don Quijote de la Mancha, el Hamlet de Shakespeare, el rey Lear, etc. luego ya no hay ejemplos significativos de lo que se suele llamar grandes monstruos, que transgreden los ritos y las religiones. Al reflexionar, constaté que había dos tipos de outsiders: los que lo son debido a su propia existencia y los que lo son debido a sus intenciones, es decir aquellas personas que han decidido romper los lazos morales, éticos y religiosos de una sociedad. Por ejemplo, tanto el Don Juan como el Fausto rompen con las leyes de la sociedad por razones complejas: el Dr. Fausto por razones espirituales, Don Juan por razones emocionales y eróticas. Ambos son condenados, al final les espera el infierno. Los dos sabían lo que querían. Pero hay también personajes que no han querido romper con ningún rito ni ley, por el contrario han querido vivir como los otros, pero la misma sociedad los considera outsiders, seres al margen, diferentes de los otros.

Encontré tres ejemplos de estos outsiders existenciales. Primero las mujeres. La crítica de mi libro apuntaba que las mujeres forman parte de la mayoría de la sociedad y que por ello no son outsiders. Pero podríamos decir que el papel de la mujer en la sociedad occidental no es uno de mayoría, pues lo que prevalece es el rito masculino. Por ejemplo en Alemania, queda mucho por hacer para establecer tan sólo la igualdad entre ambos sexos. Principalmente me interesó la mujer que también es un outsider dentro del mundo femenino. Doy dos ejemplos bíblicos del Antiguo Testamento: Judit y Dalila. Además de otras mujeres de la historia como George Eliot o George Sand. Los ejemplos de Judit y Dalila en mi libro pueden ser definidos según esta frase: la mujer que es demasiado hermosa no es demasiado inteligente. Constaté que las mujeres también tienen una existencia desdichada, se han quedado dentro de un mundo determinado por los ritos y las leyes de la vida masculina. Debo decir que mi libro produjo una fuerte impresión en el movimiento feminista, no  sólo en Alemania, que encontró un apoyo en él.

El problema de los homosexuales y de los judíos es evidente. Todas las leyes liberales, que en una época fueron promovidas a favor de la libertad sexual en América, atraviesan una crisis, pues se ha iniciado una vez más la represión contra todo aquello que no responde a la regla sexual o erótica establecida. Estoy convencido, además es un hecho histórico, que toda dictadura desconfía de los outsiders. Son un objeto de inseguridad pues su propia existencia los obliga a ser más clarividentes. Puedo afirmar que los tres grupos de outsiders de los cuales hablo, vivían mejor en la época feudal y absolutista que en el mundo burgués. En el ancien regime las amantes de los reyes y las damas con influencia jugaban un papel considerable, que todos conocemos. También los reyes, mariscales y generales homosexuales y los judíos tuvieron una gran influencia en el ancien regime.

¿En esta sociedad que tiende cada vez más a una normalización y a la desaparición de las diferencias en pos de un modelo socio-cultural semejante al norteamericano, el outsider tendrá un lugar?
Un mundo que tiene como ley principal la producción para el consumo, aspira a la igualdad de todos los consumidores y como consecuencia, aquellos que puedan perturbar ese orden son mal vistos. La prensa, la publicidad y la televisión siempre presentan mujeres hermosas y hombres normales. Un hombre como yo, historiador de la cultura, ha constatado que en el curso de la historia del hombre las ideas estéticas han cambiado constantemente. El tipo de belleza que existe hoy no es el mismo de antes ni el de otra sociedad. Actualmente nos enfrentamos al mundo capitalista, en cuya base existe esta gran contradicción: por un lado, los principios de la Revolución Francesa, los derechos del hombre y del ciudadano y, por otro, los principios de la igualdad, la libertad y la fraternidad. Si se ejerce este principio, es imposible llevar a cabo la economía capitalista. Lo que cuenta es la superestructura del mundo burgués que ha hecho cada vez más difícil la aplicación de los derechos humanos y de los ciudadanos y la de los principios de la libertad y la igualdad en el funcionamiento del capitalismo moderno, que aspira a lo contrario: a una igualdad de consumo o producción y no quiere a aquellos que no son como los otros.

¿La colectivización de los movimientos de outsiders no han terminado por banalizarlos y quitarles fuerza creativa y de lucha, integrándolos?
Es cierto. Como hombre de letras puedo suscribirlo. Es el caso de lo que se ha llamado la provocación del arte moderno en el teatro, el cine, la arquitectura, la obscenidad en la literatura, la pornografía. El público, al verlo simplemente comenta “Ah, hay de nuevo sexo en la escena pero ya lo hemos visto”… La verdadera tragedia de la vida humana banalizada es que destruye el poder y la capacidad de la literatura. Tanto la televisión, el cine, la prensa amarilla y la seria, obligan a la gente a banalizarse ellos mismos. No son sólo las capas inferiores sino también la burguesía, los profesores, etc. quienes leen un diario alemán sensacionalista llamado Bill Zeitung ¿Cuáles serán las consecuencias de todo esto… día a día la gente se embrutece? La literatura moderna cada vez es más compleja pues debe nadar a contra corriente. La ley del consumo es también la ley de la banalización. El verdadero arte y la verdadera literatura no provocan ni escandalizan, por eso el verdadero artista debe indignarse contra el cliché, la mentira, la banalización. Hay que oponerse a todo lo que pasa día a día en los países del mundo occidental. No hay que integrarse.

¿Entonces hay que ser un outsider?
Exactamente. ¿Cuál es la literatura, la música, el teatro que son indigestos para el mundo burgués? ¿Cuál es la forma de expresión que haga comprender al mundo contemporáneo que su existencia está amenazada? No tengo respuesta. La respuesta deben darla los grandes creadores. Como decía el poeta Hölderlin, “lo que puede permanecer es la obra del poeta”. Hay que poder distinguir al verdadero poeta del charlatán.

The outsiders by Hans Mayer
The Outsiders by Hans Mayer.

 

 

 

 

 


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